No hay que perderse Oslo, considerada una de las mayores atracciones de Noruega, pero hay muchos otros lugares destacados que ver en la región. Entre ellos se incluyen lugares como Risør, Kristiansand y Lillehammer.
Otras poblaciones más pequeñas de la parte oriental del país que merece la pena visitar son Røros, una de las ciudades más antiguas de Europa construida casi en su totalidad con estructuras de madera, y Dombås, una puerta de entrada ideal al Parque Nacional de Dovrefjell con la impresionante Snøhetta.
La parte occidental de Noruega es un auténtico tesoro de atracciones turísticas. Stavager, Lysebotn, Eidfjord y Bergen ofrecen paisajes impresionantes con fiordos, montañas y playas de arena que se extienden a lo largo de la costa. Cada una de las ciudades cuenta con numerosos museos populares, lugares de ocio y eventos culturales que ofrecer.
Aunque Bergen se considera la verdadera puerta de entrada al mundo de los fiordos, lugares como Norheimsund, Kaupanger, Ulvik o Gudvangen no deben perderse durante su estancia en la región. Una visita a cualquiera de estos lugares acerca a los turistas a la naturaleza y les permite profundizar en los tesoros naturales de Noruega.
Alesund y Geiranger ofrecen atractivos centros urbanos rodeados de aguas cristalinas y grandes rocas en el horizonte. La región es más conocida por sus numerosas cascadas, impresionantes senderos de montaña y pintorescas llanuras verdes. Hellesylt, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, da la bienvenida a los turistas con un sinfín de oportunidades para practicar senderismo, Åndalsnes es una base excelente para explorar el valle de Romsdal y el fiordo de Romsdal, y Rauma le encantará con su ambiente y sus iglesias de madera locales.
El Trollstigen, también conocido como el sendero de los trolls, es una de las atracciones turísticas más populares de Noruega. Esta visita obligada tiene más de 100 km y ofrece intensas experiencias visuales con una gran visión de la naturaleza noruega en su máxima expresión. Valles secos, profundos fiordos y escarpadas montañas forman una impresionante mezcla de paisajes vírgenes.
Trondheim, junto con Steinkjer, es ideal para los entusiastas de las actividades al aire libre, así como para aquellos a los que les apetecen largas excursiones turísticas. Además de una amplia gama de museos, iglesias y monumentos urbanos, las ciudades también ofrecen un excelente alojamiento y rutas ciclistas.
Si busca soledad y relajación lejos de los lugares urbanos más populares, debería dirigir sus pasos hacia Foldereid o Vennesund. Ambas ofrecen tranquilidad y muchas especialidades locales que simplemente no puede perderse durante su estancia en Noruega.
El mejor lugar para experimentar el encanto de las pequeñas ciudades noruegas es en Mosjøen, Mo i Rana, Fauske o Bodo. En estos lugares le esperan magníficas vistas de la naturaleza circundante, bosques vírgenes y multitud de ideas para practicar senderismo y excursiones de montaña.
El norte de Noruega se caracteriza por sus fascinantes pueblos pesqueros antiguos, sus maravillas naturales vírgenes y la tundra noruega. La esencia de estas características se palpa en cada rincón de lugares como Narvik, Svolvær o Moskenes.
Puedes sumergirte un poco más en el norte y visitar lugares tan populares como Tromsø, Skibotn, Alta o Honningsvåg, la ciudad más septentrional de Noruega. Sin embargo, su viaje por la región septentrional no estará completo sin una visita al Cabo Norte, la joya de Finnmark. La atracción se encuentra por encima del árido Círculo Polar Ártico y el sol no se pone aquí durante casi tres meses. Además, el cabo es también el hogar de miles de encantadores frailecillos y cormoranes.
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